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Brasil

Bolsonaro se mueve para derribar a Tite y salvar a su Copa América

El presidente de Brasil se enfrenta al boicot de los jugadores a la Copa América como "una guerra política" y quiere asignar a un nuevo seleccionador, que esté ideologicamente alineado con su gobierno.

Actualizado a
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, con el presidente de la Conmebol,  Alejandro Dominguez.
CARL DE SOUZAAFP

Jair Bolsonaro quiere la cabeza de Tite. El polémico presidente de Brasil ha montado un gabinete de crisis para contrarrestar el motin de los internacionales brasileños y está ejerciendo una gran presión a la directiva de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) para que el seleccionador, Tite, sea destituido. El plan de Bolsonaro es poner a un entrenador que tenga una ideología política alineada con la de su gobierno en el mando de la canarinha y el nombre favorito del presidente brasileño es Renato Gaúcho, exdelantero de la Roma y exentrenador del Grêmio de Porto Alegre.

La disputa de la Copa América en Brasil ya es, según definen asesores de Bolsonaro, "una cuestión de honor" para el presidente y la pelea para que los internacionales canarinhos jueguen el torneo es encarada como una verdadera "guerra política". El presidente brasileño se metió sin ser invitado a una videoconferencia entre los dirigentes de la CONMEBOL y reafirmó su apoyo incondicional a la disputa del torneo.

Bolsonaro y el presidente de la CFB, Rogério Caboclo, vieron en esta Copa América como una gran oportunidad de fortalecerse en sus cargos, asumiendo un papel que, según veían, era de "salvadores" del fútbol sudamericano y de la CONMEBOL, que estaba muy cerca de verse obligada a cancelar el evento tras las salidas de Argentina y Colombia, debido a un empeoramiento de la pandemia del coronavirus.

Lo que el mando del Palacio do Planalto y CBF no contaban era con el motín de los jugadores brasileños, que se unieron en la concentración alrededor de su seleccionador y decidieron que no jugarían la Copa América. El motivo, desvelado en un reportaje de Diario AS, era claro: Los jugadores se sintieron traicionados y utilizados por la directiva de la CBF, en especial su presidente Rogerio Caboclo. Sintieron que se les había utilizado para beneficiar políticamente al dirigente y se les había expuesto a una situación en la que ellos serían vistos como insensibles ante la crisis sanitaria que su país vive, con casi 500.000 muertos, para jugar una competición que les parece totalmente innecesaria: esta sería la cuarta Copa América de los últimos seis años.

La noticia publicada por AS cayó como una bomba en los despachos de la CBF, CONMEBOL y del gobierno Bolsonaro en Brasília, que se han volcado en las últimas 48h en la labor de intentar frenar el ímpetu de los futbolistas. El viernes, en el entorno de la selección ya se daba por hecho de que Rogério Caboclo echaría a Tite antes mismo del partido contra Ecuador. Pero la publicación de un reportaje del Grupo Globo desvelando detalles sórdidos de una denuncia de acoso sexual y laboral del dirigente a una trabajadora de la CBF frenó el proceso y ahora lo más probable es que Caboclo sea obligado a renunciar al cargo.

Fuentes más moderadas en el mando político y deportivo brasileño ven incluso con buenos ojos la caída de Caboclo y creen que la marcha del presidente de la CBF puede ayudar a que la Copa América sea mantenida tal y como fue anunciada. Esperan que los jugadores anuncien su rechazo al torneo pero lo jueguen, aunque bajo alguna forma de protesta.

El capitán canarinho, el madridista Casemiro, afirmó tras la victoria del viernes ante Ecuador que los jugadores van a pronunciarse tras el partido del martes ante Paraguay. Aunque no dejó claro si mantendrán la idea de no jugar el torneo o si han cambiado de idea y lo harán con alguna forma de protesta.

Según informó Globo, los jugadores brasileños ya tienen preparada una carta manifesto explicando la situación, dejando claro que el motivo de su revuelta no es político. Según el diario Estado de São Paulo, la carta es contraria a la disputa de la Copa América, tal y como adelantó AS.